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HOY, FESTIVIDAD DE SAN PEDRO (¿OS SUENA?) VOLVEMOS A LA CARGA. HAN PASADO 6 MESES LARGOS Y NOS HAN TENIDO QUE "PINCHAR" PARA METER UN ARTÍCULO MÁS. NO ES QUE NO QUERAMOS... ES QUE LA VIDA NOS ENVUELVE Y NO NOS DA TREGUA.

PERO ESTAMOS AQUÍ Y AQUÍ SEGUIREMOS.. Y DE VEZ EN CUANDO APARECEREMOS EN VUESTRA VIDA CON UNA HISTORIA DEL PASADO, DEL PRESENTE O UNA PROPUESTA PARA EL FUTURO. CASI TODO ES LO MISMO... AUNQUE NO LO PAREZCA.

TODO LO QUE APARECE EN ESTE BLOG HA SIDO VIDA Y HA TENIDO SU TRANSCENDENCIA... AUNQUE TAMPOCO LO PAREZCA.

viernes, 27 de abril de 2012

Tolbaños de Arriba 86 y 87 - I -


En esta nueva entrada nos detendremos en las convivencias de Tolbaños de Arriba (dos años consecutivos) y que sirvieron de referencia para el funcionamiento de las posteriores. Los días siguientes a la Semana Santa del año 1986 y 1987, fueron auténticos hitos en nuestra historia.
Foto aérea de Tolbaños de Arriba y sus alrededores.
Algunos espacios en los que se desenvolvían nuestras actividades.
Antes de nada tenemos que confesar que ha sido muy difícil separar completamente la una de la otra. Las confundimos y posiblemente mezclemos algunas cosas.
De manera curiosa, Casilda alude a la austeridad como una de las causas de este monumental lío. ”Una manera de de hacer esa separación de convivencias es… mirar las fotos y separar convivencias por la ropa que llevábamos. Pues no, nos hemos encontrado con que durante un montón de años todos llevábamos la misma ropa a las convivencias. Yo particularmente tenía un “uniforme de convivencias” que utilizaba única y exclusivamente para trepar por el monte.”
Marzo 86 - Una isla en un océano de nieve y niebla. Sobre todo hambre.
Caras hasta ahora inadvertidas y casi olvidadas. En definitiva una reliquia que conviene conservar
De la convivencia del 86 sí que sabemos algunas cosas. Sabemos que tuvo lugar poco antes de la Confirmación. A Luis Ángel le quedaban sólo unos meses para ordenarse sacerdote, pero todavía estaba con nosotros en San Martín de Porres como catequista. Sabemos que el tiempo no fue demasiado apacible, con muchos momentos de lluvia, lo cual nos obligó a pasar largos ratos en El Toril (una especie de “mesón” comunitario para el pueblo) y que a nosotros nos vino de perlas para nuestras actividades. Los monitores fuimos básicamente los catequistas (Luis Ángel, Maite Valdivieso, Maite del Pino, Evelio, Josemi, Javi). Acudieron bastantes chavales (en una de las dos fotos de que disponemos podemos contar hasta 28). Observamos que “las mayores” no se habían incorporado todavía al grupo ya que no aparecen en las fotos. Sabemos que la guitarra de Javi no faltó y empezaba a ser fundamental.  “La casa del cura” fue nuestro hogar, la esterilla y el saco nuestro viscolátex… Algunos nos han contado que intentamos una ascensión a no sé dónde, pero la nieve y la niebla nos lo impidieron. Eso sí que lo podemos ver en la foto. Parece que ese lugar fue el único islote en la nieve que nos permitió comer sin mojarnos. Todos estábamos “arriados” como ovejas. Vemos a Maite repartir bocadillos. Y si miramos con detalle, distinguimos caras poco habituales en este blog. Eran nuestros primeros rostros, el primer rostro del Post-Guay.
Sin embargo, no podemos relatar anécdota alguna. Queda en vuestras manos esta labor.
En esas mismas fechas, ya en el 87, repetimos la experiencia. Sin embargo, algo había cambiado. Ya estabais en el Post-Guay y no en un grupo de Confirmación. Se incorporaron a la convivencia “las mayores”. Luis Ángel ya no estaba con nosotros, aunque ejercía, precisamente, su sacerdocio en la zona de Tolbaños. Por lo tanto, le tocó a Javi buscar “personal responsable” para acompañarle en esa aventura. Echó mano de algunos de vuestros antiguos catequistas, incombustibles ellos, (Josemi, Evelio) y a otros que, sin ser nuevos, no habían tenido demasiada relación con vosotros (Casilda, Florentino, Cristina Lozano). Y como expandir el compromiso era bueno, una noche de sábado en plenas Llanas y por casualidad enredamos a Yoli, Viki (también catequistas) y a su amiga Susana. Con estas adquisiciones y otros fichajes como Luci (hermana de Florentino) teníamos garantizadas el cocido para esos días.
En la preparación se contó con el beneplácito de los padres. Una carta introductoria y una reunión previa fueron el pistoletazo de salida. No hemos podido resistirnos a la publicación completa de la carta. Creemos que es un documento extraordinario que merece la pena conservar en la historia personal de cada uno.
Si os fijáis, al final de la carta se detecta una cierta preocupación por los estudios de los chicos. Pues bien, esta situación, difícil para los padres, dio lugar a los tiempos de estudio en las convivencias. Casilda lo cuenta así:
“En Tolbaños inauguramos las convivencias-estudio, en una reunión con los padres cuando presentábamos la próxima convivencia algunos hicieron mención a la cercanía de los exámenes y veían un problema que sus hijos asistieran a la convivencia por la pérdida de horas de estudio… SOLUCIÓN, ¿Y si se establecían horas de estudio durante la convivencia? Dicho y hecho, y lo más bonito de todo fue ver como entre ellos mismos se organizaron para hacer de profes unos de otros. Por aquella época los monitores compaginábamos estudio y trabajo, así que allí estábamos nosotros también con nuestros apuntes clavando codos.”
Facsímil - Apuntes de Javi de aquellos tiempos
Existen pruebas de que el estudio entró en el programa. Lo vemos en algunos apuntes de Javi referentes a Tolbaños. Algo que se repetiría en otras convivencias como la de Palazuelos, etc. Es curioso que esta originalidad de buenísimos resultados, se perdiera.
En estas convivencias, recuerda también Casilda, “hubo un hecho dominante: en todas ellas… NOS PERDIMOS en algún momento o al menos nos desorientamos un poco”. Yo, Javi, lo corroboro. Y, más de una vez, nos vimos en un verdadero aprieto. Pero como en esta entrada no nos detendremos en el anecdotario, las aventuras las dejamos para el siguiente.
Facsímil de apuntes de Javi: Actividades programadas
Las actividades llevadas a cabo eran variadas. Las programábamos “de aquella manera”, pero solían salir bien gracias al espíritu que reinaba entonces. Echando mano del recorte que ofrecemos puedo acordarme de casi todas ellas:
La ruta a las lagunas la realizamos al día siguiente de llegar, 23 de abril. Lo decidimos hacer así porque convenía cansar al personal para intentar respetar al máximo la noche, o al menos, parte de esta. En esta ocasión nos acompañó un buen tramo un guarda forestal. Nos hizo ascender por un cortafuegos interminable y vertical. No es extraño que al final del mismo, los chavales se lanzaran a beber agua en cualquier charco, como indican las fotos que todavía conservamos.

Coronando las estribaciones de La Campiña. La Laguna Negra a la Izquierda. La Laguna Larga al fondo.
Es el grupo que acertó en el camino de bajada a La Laguna de la Cascada

Cuando coronamos la cima el paisaje de ensueño nos hizo olvidar todos los males. Pero unos habían llegado antes y antes descendieron hacia la Laguna de La Cascada por el camino correcto. El resto, guiados por “expertos” recorrieron la Laguna Negra, la Laguna Larga, la Laguna Corta y se lanzaron peligrosamente hacia la Laguna de la Cascada. Una brecha en la frente y un esguince de tobillo fueron nuestro billete de vuelta a casa.
Un error de "los guías" oblígó a triplicar el esfuerzo y riesgo de unos cuántos
El día 24 por la tarde hicimos una visita a Luis Ángel en Huerta de Arriba. Recuerdo aquel “paseo”, cuesta arriba y cuesta abajo, como uno de los momentos más agradecidos de mi paso por el grupo Post-Guay. Nunca ví tanta alegría y fraternidad junta. Y por si fuera poco, en el collado que separa ambos términos municipales, compartimos la pradería y la libertad con unos cuántos caballos semisalvajes. ¡Lástima de calidad de diapositivas!
Camino hacia Huerta de Arriba para visitar a Luis Ángel. Literalmente, una piña humana.
No puedo recordar si hubo partidos de fútbol entre chicos y chicas pero sí me acuerdo de que el campo estaba a 1.344 metros de nuestra casa, que solía haber algún que otro follón durante el juego, que el tiempo siempre nos acompañó y que siempre hacíamos una parada en un puente precioso que estaba por allí cerca.
Puente rústico entre Tolbaños de Abajo y Tolbaños de Arriba, lugar obligado de paso al campo de fútbol
No podemos olvidarnos de El Toril. De nuevo, Casilda, al hablarnos del lujo de la casa que habitábamos, nos describe este emblemático lugar: “La casa de Tolbaños era un desastre…., como casi todas las casas en las que nos alojamos a lo largo de los años, pero el pueblo tenía un espacio comunitario “El Toril” que nos prestaba y que nosotros hacíamos servir de sala de reuniones, de comedor, de sala de estudio y hasta de discoteca. El día que tocaba sopa para comer o cenar teníamos que atravesar un buen trecho con la cazuela desde la casa al “Toril” a buen paso para que no se quedara fría”.
En la actualidad, la propiedad de la casa que nos acogió es privada. Nosotros fuimos los últimos moradores públicos (“okupas”). Sin embargo, El Toril de Tolbaños de Arriba se ha convertido en un Centro de Interpretación de la Naturaleza como parte de un Edificio de Usos Múltiples (¿Qué otra cosa era entonces?). A nosotros no se nos olvidará nunca los ratos que allí pasamos haciendo realidad lo que luego se hizo denominación.
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Foto de familia en El Toril. Espacio de Usos Múltiples ayer y hoy.
¡Cómo se agradecen estas fotos!
Además de los acontecimientos anteriores hay otras muchas cosas de las que nos acordamos. Se profundizó en algunos temas, algunos programados y otros surgidos al ritmo de la vida misma de esos días. El sol reinó durante los cuatro o cinco días. La risa de Silvia batió todos los records por su expresividad y por su permanencia (por cierto, así aparece en la única foto de la que disponemos en toda nuestra historia). Las canciones para la Misa del domingo fueron cosa nuestra. Las noches fueron largas en El Toril y en nuestra casa. Los amaneceres trajeron sorpresas constantes… buenas para algunos y malas para otros. Algunas amistades se fraguaron allí y duraron años y años…
Como podéis ver quedan muchas cosas por contar y esperamos que lo hagáis vosotros. Por nuestra parte introduciremos en breve una nueva entrada, un Tolbaños II, que recogerá aquellas anécdotas que seguro que conocéis, aunque las tengáis escondidas en la memoria. En esta nueva entrada publicaremos un amplio reportaje fotográfico comentado para que paséis un rato agradable y refresquéis la memoria. Hasta entonces, disfrutad con estos recuerdos.


Javi y Casilda

domingo, 15 de abril de 2012

LAS CONVIVENCIAS DEL POST-GUAY

LAS CONVIVENCIAS DEL POST-GUAY... OTRA FORMA DE HACER LAS COSAS


[Si queremos hablar de las convivencias que tuvieron lugar en Tolbaños o en cualquier otro sitio debemos antes dedicar una entrada a exponer algunas características prácticamente comunes a todas y cada una de ellas.]
¿Por qué las convivencias?
Nunca dudamos de que unos días, alejados del ritmo habitual y de las personas con las que convivíamos día a día, fueran un medio magnífico de forjar actitudes como el compartir, la amistad, el esfuerzo, la responsabilidad, la austeridad, la naturaleza… Si todos estos objetivos se reforzaban con una visión cristiana de la vida, mucho mejor.
Mapa de Convivencias del Post-Guay
que recoge la mayoría de las convivencias entre los años 85 y 90
Era una manera de romper el esquema cotidiano, con otro tipo de disciplina muy distinta de la que encontramos en casa. Se trataba de aceptar responsabilidades impuestas por nosotros mismos y no por nuestros padres. En definitiva, entrenarse en el protagonismo propio y compartido con los amigos.
¿Cuándo realizar estas convivencias?
Salvo excepciones, encontramos en los días posteriores a la Semana Santa la ocasión más oportuna para llevarlas a cabo. Fue un acierto, de tal suerte que esas fechas se hicieron costumbre y pasaron a formar parte de la estructura del grupo. Se trababa sólo de cuatro o cinco días… pero muy intensos. Es verdad que también hubo convivencias en otros tiempos, pero fue casi siempre por motivos concretos. Hoy, muchos años más tarde, estas fechas se siguen reconociendo como propicios para este tipo de cosas.
¿Dónde llevarlas a cabo?
Cuando miramos el mapa de nuestras convivencias podemos ver que hay bastante variedad en cuanto a los lugares elegidos. Pero entre el 86 y el 88 eran los pueblos de la Sierra de la Demanda, en los que Luis Ángel ejercía su labor sacerdotal, eran nuestros preferidos. Hablamos de Tolbaños de Arriba y Huerta de Arriba. Hasta en cuatro ocasiones “Arribamos” por allí. Su presencia nos solucionaba muchos problemas. Ni que decir tiene, que a los amigos como Luis Ángel, se les visitó a lo largo de los años muchísimas otras veces en visitas más cortas. Porque la casa del amigo hay que visitarla y, a su vez, hay que dejar siempre que el amigo entre en la tuya.   

Manuscrito encontrado en la Gran Dolina del Post-Guay
Es un Proverbio Oriental de puño y letra de Luis Ángel


¿Qué características definían nuestras convivencias?
Vamos a intentar extraer algunas que nos marcaron siempre.
Cada convivencia se convertía en un espacio abierto y compartido. Acudían los asiduos semanalmente al Post-Guay y los esporádicos. Y a todos se les convertía en protagonistas de cada actividad. Todos contaban. Pero, esto mismo ocurría con los catequistas o monitores que acompañaban a los chavales. Los que “estaban al frente” del grupo, siempre se las apañaban para añadir responsables en cada ocasión. Los amigos de los amigos siempre tenían un hueco. Y siempre respondían con seriedad en sus compromisos o cometidos. Allí se forjaron cocineros, pinches, porteadores, conductores, estrategas, topógrafos, etc, etc.
Tolbaños 1986 - Colaboración en las tareas comunes
Observamos amigos de amigos que nos acompañaban en las responsabilidades
  La responsabilidad de los monitores era tal que “nunca” se necesitó el acompañamiento de ningún sacerdote, tanto en la preparación como en el desarrollo de las convivencias. Sí que se presentaron en algunas ocasiones, pero fueron contadas y con objetivos concretos (¿quién no se acuerda de las obras realizadas en la casa de Palazuelos de la Sierra con D. Santos como jefe de obra?).
 Y, a pesar de la ausencia de los sacerdotes, los padres de los chavales siempre tuvieron confianza en nuestro hacer. En algunos casos a la confianza se añadía la colaboración.
Casilda nos dice que “La austeridad en el Post-Guay fue una marca de la casa, siempre entendimos que el despilfarro imperante estaba reñido con el Evangelio y que nosotros teníamos que tratar de vivir de manera sencilla. Podemos decir que algo conseguimos.”
Vamos a traducir a Casilda. Para dormir: suelo pudo y duro, esterilla y saco. Para el calor… humanidad y puertas cerradas. Para comer: lo que hubiera y todos todo. Para nuestras marchas: zapatillas y la ropa del año pasado. Para el deporte en la nieve: plásticos…
La verdad es que con poco hacíamos mucho. Lo contrario que ahora que con mucho alcanzamos a hacer poco.

1989 - Olmos de Atapuerca -
Esta imagen cesurada muestra el uso polivalente que hacíamos de cada estancia
Un detalle que nos puede ilustrar la austeridad de la que hablamos es el  precio total que se cobraba por cada convivencia. Era ridículo. Seguramente alguno dirá que para el “servicio austero” que se ofrecía no podía pedir demasiado. Sin embargo ese precio se debía en buena medida al empeño de los monitores: buena organización, aportaciones en especie, amistades… Y tengamos en cuenta, por si no lo sabíamos, que los catequistas o monitores, fueran los que fueran, siempre pagaron su estancia como todos los demás (y en ocasiones soportaron los déficits).
Pese a esos precios, siempre se contó con la posibilidad de subvencionar a quienes tuvieran problemas económicos.
¡Qué bueno que estas formas de hacer las cosas hayan dejado huella en muchos y no les importe hoy seguir tirando de esterilla y saco para pasar una noche!... ¿o sí?.
¿Cómo se desarrollaba una convivencia del Post-Guay?
Se fue creando un esquema de funcionamiento que, aún siendo sencillo, pronto se asumió como algo acertado. En un principio, siguiendo pautas tradicionales, se pedía a los chavales que aquellos que quisieran ir se acercaran a la Parroquia y se apuntaran en un folio en blanco para ir creando una lista de interesados. ¡Qué mal funcionaba aquello! Los primeros se acercaban y al ver el folio en blanco decían: “… pero si no hay nadie. Yo no me apunto”. La cosa es que al rato llegaba otro y decía lo mismo. Y así otros, y otros. En definitiva, muchos interesados pero pocos apuntados. Acertadamente decidimos cambiar de sistema: a partir de entonces, el que no quería ir tenía que acercase a la Parroquia y borrarse de una lista en la que aparecían todos los nombres. Todos los que se acercaban veían una lista completa y, salvo por imponderables, nunca se borraban. De esta forma nuestras convivencias siempre fueron numerosas.
Para ir a nuestro destino, sobre todo en la Demanda, siempre contratábamos un autobús (La Serrana), después de haber regateado los precios.
Las actividades siempre eran variadas, pero podemos encontrar en todas ellas una marcha corta de una tarde o mañana, una marcha larga de todo el día y siempre a lugares emblemáticos, tiempos de reunión, oración participativa diaria, reparto de tareas, y tiempos para la música, el baile, las canciones y… mucha improvisación que para esto siempre estabais preparados.

1987 - Tolbaños de Arriba
Ejemplo de marcha de un día completo
La desorientación en nuestras marchas siempre fue un elemento común. Nos perdíamos mucho. ¡Gracias a Dios! ¡Y que dure muchos años!
Y después de unos cuántos días volvíamos a casa con el tiempo suficiente como para preparar las cosas necesarias para la vuelta al cole.
Convivencias especiales. También hubo convivencias que requerían una dinámica diferente. Eran convivencias monotemáticas centradas en una Semana Santa, en Revisiones del Año, Programaciones… Normalmente se acudía a lugares más cercanos.
Y podemos recordar convivencias mixtas en las que se cruzaban dos dinámicas. Por ejemplo, el tiempo para mejorar las relaciones personales se completaba con el tiempo para mejorar nuestros estudios. Increíble, pero cierto: se establecieron convivencias de estudio. Algún día hablaremos de ello.
El resultado de nuestras convivencias siempre era el mismo. Todos encantados de haber pasado unos días fuera y sin ganas de regresar a la rutina de cada día. Todos con mucho sueño, sobre todo los monitores. Todos con ganas de continuar en el grupo... Y sin embargo, cuando se planteaba una nueva convivencia había que volver a utilizar nuestras estrategias para conseguir de nuevo un buen número de chavales.
Estamos seguros que estas a estas “claves” de nuestras convivencias pueden añadirse otras. Hacedlo en los comentarios. Y si estas características las hemos recogido en una parte teórica, intentaremos reconocerlas en las narraciones de las convivencias concretas que tuvieron lugar en aquel entonces… Y empezaremos por las Convivencias de Tolbaños de Arriba en la siguiente entrada que será pronto.



Yoli y Javi

martes, 3 de abril de 2012

7:15 A.M. - Tiempo de Oración

[En esta nueva entrada intercalamos las aportaciones de Ernesto con las de otras personas que vivieron de cerca aquellos primeros momentos de cada mañana. ¡Que bueno sería que en esta entrada los comentarios completaran las palabras que abajo siguen¡. No hace falta decir grandes cosas. Basta con ponerse a escribir. Todo será bienvenido.]

1991 - Este fue el cartel anunciador de la oración de las 7:15
Ernesto:  No sé si alguien se acordará de aquella oración en la parroquia. No sé si se acordarán de cómo surgió. Lo que sí sé es que durante el tiempo que duró, la parroquia tenía una pequeña afluencia de personas que o bien entraban a trabajar temprano o bien salían de sus trabajos y todos ellos, junto con nosotros, compartían un ratito de oración y un saludo a Dios todos los días, incluidos los sábados.

Javi, Casilda, y otros: Podemos asegurar que todavía hoy hay personas, ajenas a nuestra historia, que se acuerdan con claridad de aquella oración. Como anécdota te podemos contar que hasta hace sólo un par de años, el tema de la oración de la mañana de San Martín aparecía hasta debajo del secador de alguna peluquería en las conversaciones entre clientas, puesto que algunas eran asiduas a la misma.

También nos acordamos perfectamente de cómo surgió. Fue una propuesta de Vicente Morales (Brotes de Olivo – Pueblo de Dios) durante la semana que pasaron en la Parroquia de San Martín, intentando transformar nuestros corazones duros como el pedernal en espacios abiertos a la Palabra de Dios. En concreto esta oración nació el 29 de Octubre de 1991… a las 7:00 A.M. Era una buena manera de comenzar el día ablandando el corazón.


Ejemplo de sencilla oración preparada por Miguel para las 7:15 A.M.

Después de esa semana compartiendo la vida con la Comunidad de Pueblo de Dios, decidimos continuar con la oración… a las 7:15 hasta las 8:00 A.M. Y así lo hicimos durante algún tiempo (cerca de un año). Nuestra intención era mantenerla mientras hubiera personas que participaran de la misma. Hemos de reconocer que siempre hubo gente agradecida con la apertura de la parroquia a esas tempranas horas para rezar antes de comenzar la jornada de trabajo o para terminarla. La cuestión es que la gente siguió siendo fiel a esos madrugones, en concreto un grupo de trabajadoras de telefónica que tenían las oficinas en Reyes Católicos.


Mención especial merecen algunas madres o padres de miembros del Post-Guay que se mantuvieron fieles a este rato de oración mientras duró. Hablamos, entre otros de Elena, madre de Begui y Piluca, que tan cerca estuvo siempre de nosotros.

Ernesto: Madrugar a las 06:30 o antes para ir a la iglesia tenía mérito. Había días de nevadas que no faltó la puerta abierta a las 07:00, eso me suponía madrugar más para poder llegar a tiempo desde Gamonal a la parroquia o "parra" como le gustaba decir a Alfonso.

Una de las personas que solía frecuentar la oración matutina nos bautizó con el nombre de “los frescos del barrio”, pues la parroquia estaba abierta A LAS 07:00 horas, y nunca importó la climatología.

Recuerdo también que salimos en un recorte de prensa de una persona anónima que mandó una nota al Diario de Burgos en aquellas fechas.
 

Ernesto - El Guardián de las Llaves
Casilda, Javi y Otros: La verdad es que, de nosotros, solía haber un grupo fijo. Es fácil decirlo pero ¿en qué lugar de la Iglesia de Burgos, jóvenes de 19 ó 20 años se reunían a esas horas para rezar… durante casi un año? Esas cosas sólo pasaban en San Martín y con el Post-Guay. Eso era magnífico, pero lo alucinante era el sacrificio añadido de Ernesto que nos abría la Iglesia antes de que llegáramos y, para entonces, creo recordar, que ya había encendido la calefacción.

No estaría mal que algunos asiduos a este blog contaran sus experiencias relacionadas con esas horas tempranas, las nevadas y los madrugones de regalo. Esperaremos…

No podemos olvidar que esta oración adquirió cierta entidad y estructura. Cada mañana se entregaba un guión diferente en una cuartilla. Muchas veces era Franky quien lo preparaba, pero también pasaron por el aro de la preparación casi todos. Por la información que disponemos todavía hoy, solía ser cosa de reparto por semanas. Con el paso de los meses se creyó conveniente que, aparte de los textos de la oración, en la hoja que se entregaba, aparecieran informaciones sobre conferencias, charlas, actos, solidaridades, que iban a tener lugar en Burgos (no sólo en la parroquia). Eso sí que era expansión… el chip funcionando desde las primeras horas del día. Prueba de la importancia que adquirió la tenemos en el pequeño cancionero que se elaboró expresamente para ese rato bajo el nombre de “Cantos de Cada Mañana”.




Informaciones de contenido social que acompañaban diariamente la oración

Ernesto: Desgraciadamente la oración dejó de tener continuidad en el momento que el Post-Guay tuvo que marcharse a otra parroquia, se mantuvo por mi parte la iglesia abierta durante una semana pero ya no cuajaba y desistí.

Yoli, Javi y Casilda: Efectivamente, no era cuestión de dejar San Martín de Porres durante el día y seguir acudiendo a orar allí de madrugada. Nosotros habíamos puesto en funcionamiento tiempo atrás algunos momentos de oración para el grupo, más o menos fijos, durante la semana. Y durante un tiempo, en beneficio de la Parroquia de San Martín, no nos importó compaginarla con la oración de la mañana. Pero una vez fuera de la parroquia se instituyó la “Oración de los Martes”, … pero esto es otra historia… que hoy, veintitantos años después, todavía perdura. Algún día le dedicaremos una entrada en este Blog.