Aquellos viajes a Taizé

[Si es posible, se intentará más tarde, añadir al reproductor de música algunas de las canciones más populares de Taizé. Muchas de ellas perviven en nuestra memoria lo mismo que perviven los recuerdos que hoy nos acerca María Amor]

Parece mentira que hayan pasado tantos años y que todavia me acuerde tanto de Taizé. En parte, por todas las veces que fuimos... ¡ya no sé cuántas, entre encuentros europeos y viajes de una semana a Francia! Pero por otra parte, por las experiencias que Taizé nos proporcionó: conocimos gente nueva, interesante, extraña...; rezamos lo que no habíamos rezado en toda nuestra vida; comimos lo que nunca hubiéramos comido en ningún otro lugar; practicamos idiomas...

1994 - 10 de octubre - La Iglesia de Taizé al fondo.
Es curioso, pero en esa Iglesia nunca fue demasiado difícil rezar

Llegaba septiembre y para mí el curso escolar comenzaba después del viaje a Taizé, es decir, después de aquella última semana en la que ya había "poca gente", unas 800 personas... (confieso que nunca me atreví a ir en agosto... por si me arrastraba la marabunta). Montábamos en el autobús (invariablemente de Javier de Miguel, casi casi abonados a sus servicios...) y partíamos rumbo a Vitora, donde recogíamos la otra mitad de jóvenes para pasarnos la noche abriendo paquetes de galletas, cantando canciones de Silvio Rodríguez y viendo películas malonas.

1991 - Navidad - Encuentro Europeo de Taizé en Praga.
Los autocares, como casi siempre, de Javier de Miguel que siempre nos lo puso fácil

Al llegar a Taizé al medio día siguiente, un año estaba Mari Cruz esperándonos porque llevaba todo el verano allí (¡qué envidia!).

Ejemplo de Barracón en Taizé - Vemos a Sonia

Zona de acampada para familias

Unos años, nos alojamos en barracones, otros, en tiendas.. (sólo me falta probar la modalidad de familia..., pero confieso que no he tenido valor aún), y siempre rodeados de "guiris" con quien luego escribirnos, o que nos visitaban... Allí aprendí mucho inglés y conocí mucha gente buena.

Años 90 - "Te" intercontinental en una de las carpas de Taizé.
¿Conocéis a alguien?

Taizé me abrió las puertas a otras formas de entender la religión y la vida, otras historias como la de aquellos polacos que justo antes de la caída del muro se reunían clandestinamente en las casas a celebrar la eucaristía, o la de la pareja de yugoslavos que nos decían que su país estaba al borde de una guerra civil. Todo ello me parecía de otra galaxia, pero la Historia se ha hecho así, de las experiencias personales y colectivas.

Estado actual del Altar de la Iglesia de Taizé... cuando está vacía

En Taizé aprendí también a tener paciencia, la de sentarte y que pasen las horas ante el altar… algo que en nuestro día a día no tiene hueco porque el tiempo es oro y a ver quien lo desperdicia así...

Fue un golpe cuando estando en Gijón dijeron en el telediario que habían asesinado al hermano Roger... Pero hace tres años pude estar un día en el encuentro de Navidad que hubo en Bruselas y pude respirar otra vez un poco del espíritu de Taizé en la gran nave que habían habilitado para las oraciones... Hay cosas que no cambian.

También por entonces surgió la idea de sacar un autobús desde Burgos e irnos un montón de gente, muchas familias, a Taizé una semana. No lo he echado en saco roto, y ahí lanzo un guante, a ver quién se anima para el año que viene, por ejemplo. Sólo es proponérselo y querer vivir la experiencia de Taizé ahora ya de adultos, quizás con niños.

 ¿Alguien se anima?

Julio de 2005 - Lagunas y fuentes de Taizé
Alguna familia ya se animó a acercarse a Taizé y confirma que Taizé no sólo se mantiene, si no que mejora.

   Maria Amor