TABLÓN DE ANUNCIOS

HOY, FESTIVIDAD DE SAN PEDRO (¿OS SUENA?) VOLVEMOS A LA CARGA. HAN PASADO 6 MESES LARGOS Y NOS HAN TENIDO QUE "PINCHAR" PARA METER UN ARTÍCULO MÁS. NO ES QUE NO QUERAMOS... ES QUE LA VIDA NOS ENVUELVE Y NO NOS DA TREGUA.

PERO ESTAMOS AQUÍ Y AQUÍ SEGUIREMOS.. Y DE VEZ EN CUANDO APARECEREMOS EN VUESTRA VIDA CON UNA HISTORIA DEL PASADO, DEL PRESENTE O UNA PROPUESTA PARA EL FUTURO. CASI TODO ES LO MISMO... AUNQUE NO LO PAREZCA.

TODO LO QUE APARECE EN ESTE BLOG HA SIDO VIDA Y HA TENIDO SU TRANSCENDENCIA... AUNQUE TAMPOCO LO PAREZCA.

domingo, 29 de junio de 2014

Supervivencia en la Demanda - I -

Este, como otros muchos artículos del blog, están escritos hace tiempo. Todos, terminan viendo la luz en estas páginas, pero casi siempre más tarde que pronto. Las circunstancias de cada día se imponen a los propósitos y todo se nos retrasa: “mea culpa”. De todas las maneras para este relato hemos tenido la extraordinaria colaboración de dos plumas insignes: Ignacio (“Igi”) y Jesús Ángel. Al primero le obligamos a redactar la aventura en una sola noche… y cumplió. Al segundo, convaleciente todavía de una operación, le tuvimos que grabar (intentaremos meter los cortes de audio de la entrevista) de forma apresurada también. Cruzar ambas narraciones nos ha sido imposible. Por eso presentaremos dos versiones. Una hoy, como 22 aniversario del inicio de la ruta. Otra, dos o tres semanas más tarde, como 22 aniversario del final de la ruta. Disfrutad.


Hola chicos/as del Post-guay.

Hace unos días, me comentó alguien, que debería de escribir un artículo en el blog del Post-Guay referido a las andazas de las marchas del campamento volante que recorrió la zona de Picos de Urbión (Soria y Burgos) allá por el año 1992.

Pues bien, nos ponemos a ello y espero que algún otro protagonista pueda aportar más información a la que yo escribo ahora y complemente este artículo.

En aquella época, las circunstancias vitales del que escribe no eran nada propicias para las aventuras: llevaba unos meses en el paro, me estaba arreglando la boca, y era muy poco el tiempo de mi presencia en el Post-guay. Fue en el local de la parroquia de San Martín de Porres donde decidimos en qué ocupar parte del tiempo de verano.

Lugares de supervivencia en la Demanda
Se planeó una ruta empezando por Hontoria del Pinar, pasando por el Cañón de Río Lobos, Covaleda, Duruelo de la Sierra, y Regumiel de la Sierra. No me acuerdo del todo de las fechas reales pero si sé que el día que estuvimos en Regumiel de la Sierra era la fiesta de los Conductores, San Cristóbal, que según encuentro en Internet es el 10 de julio.

Los pioneros: primeros pasos

Cuando estábamos en la ruta de Sotolengo a Covaleda nos ocurrieron unas anécdotas curiosas. Recuerdo que fue aquel día cuando Begui institucionalizó la “Lógica” como materia imprescindible para la vida. Lo hizo mediante la proclamación de la siguiente frase: “cuando estaba en quinto de EGB, por aquí había un camino que era bastante bueno porque no tenia dificultad”. Todos caímos rendidos ante tamaña sabiduría. Pasó y pasó el tiempo y no se veía tal camino por ninguna parte. Como consecuencia de ello estuvimos unas cuantas horas perdidos. Subíamos un monte y pensábamos que habíamos llegado a la cima pero para nuestra sorpresa siempre nos faltaba otra cumbre más.


Nuestro sempiterno guía
Dada la habilidad de nuestro guía y nuestra obediencia ciega al mismo… se nos acabó el Isostar y no encontramos arroyo o manantial para rellenar las cantimploras.

Pero la historia no acaba aquí. En nuestras peripecias, en teoría, nos acompañaba un coche escoba. Lo llevaba Alfonso, el hermano de Isabel y José Carlos. Se asustaron mucho al ver que se hacía de noche y no llegábamos al sitio convenido para la acampada. Decidieron, entonces, marcar el terreno poniendo unas bolsas de la Mcain en 25 km a la redonda para que supiéramos el lugar elegido para pernoctar.

Otra anécdota más la vivimos en Duruelo de la Sierra. Decidimos acampar en una pradera del pueblo. Años más tarde el Ayuntamiento de dicha localidad construyó allí su piscina municipal. 
Lugar aproximado de nuestra noche en Duruelo
Mi recuerdo no es bueno del todo. Las circunstancias no estuvieron, en esta ocasión tampoco, de nuestro lado. Era un sitio malo e irregular para poner las tiendas, caro porque nos cobraron la no desdeñosa cantidad de 100 de las antiguas pesetas por persona, y al amanecer del día siguiente nos estuvo lloviendo a primera hora de la mañana y el sol no salió hasta las 5 de la tarde.
Camino de las Las Lagunas
Una hora más tarde, a pesar de nuestro retraso, nos pusimos en camino para hacer la ruta e intentar llegar a las Lagunas de Soria. Pero… no pudimos llegar porque se nos hizo de noche. Tampoco llegamos al refugio de Duruelo de la Sierra y decidimos acampar por libre. Pero como las desgracias nunca vienen solas, nos descubrieron los que ejercían de guardas forestales de Duruelo y nos dejaron claro que la acampada libre no se estaba permitida. Para sorpresa nuestra, nos echaron del lugar. Estos guardas nos dejaron dos alternativas: O bien volver a dormir donde el día anterior o marcharnos hasta la jurisdicción de otro pueblo diferente. De entrada, recogimos los bártulos y bajamos desde esa zona hasta un lugar de merenderos al aire libre que seguía perteneciendo a Duruelo. Nos preparamos para cenar. Pero no lo pudimos hacer en condiciones ya que los “vigilantes” temían que nuestra intención fuera volver a subir a la zona de acampada en cuanto ellos desaparecieran. Nos amenazaron con dar parte a la Guardia Civil. No nos quedó otro remedio que “abrirnos”. Nos planteamos ir a dormir al lado de un campamento que estaba acampado en una finca del pueblo de Regumiel de la Sierra.

Acampada libre pese a quien le pese
Cuando llegamos al nuevo sitio propuesto eran las tres de la mañana. A los que estaban acampados nos les habíamos encontrado antes en la cima de la montaña del Parque de las Lagunas de Vinuesa y Duruelo y dio la casualidad de que uno de los monitores de los chicos acampados en Regumiel, conocía a alguien de nuestro grupo. Como no todo era improvisación, allá arriba, les habíamos comentado la ruta que nos proponíamos realizar. También les planteamos que si por cualquier motivo alguien nos echaba de Duruelo, tendrían inconveniente en que acampáramos con ellos que sí tenían permiso.

No podemos olvidar las consecuencias de las temibles ampollas en los pies poco acostumbrados al camino y de los granos que nos regalaron las hormigas rojas. Al que escribe este artículo la “fortuna” le concedió las dos cosas. Menos mal que estaba el curandero-enfermero Ernesto, hábil en estas lides que supo aliviar mi angustia. Sin olvidar que yo supe llevar mis rozaduras con suma valentía.

Aparte de estas aventuras o batallitas, puedo decir que el ambiente que había en el grupo era muy bueno, había armonía y muchas risas de las sanas. A mí, personalmente, me aportó solidez para vencer los miedos de la timidez y tener mas confianza en mí mismo y en los demás. A otros les supuso un principio de amor que se consolidaría en el futuro.
Buena gente, buen ambiente, buen color
No me acuerdo de más por ahora pero si me viene mas cosas de esta acampada, os lo contaré en los comentarios.
Igi

2 comentarios:

  1. Soy Javi. No puedo recordar por qué razones no estuve en ese campamento volante. Pero siempre me dio envidia. ¿Os habéis fijado como en la memoria suelen permanecer con más fuerza aquellos acontecimientos que nos supusieron dificultad o sufrimiento?. Acordaros de Pesquera de Ebro. Por cierto las dificultades y los sufrimientos parece que sólo se producían cuando no estaba yo. ¡¡¡Qué bien os cuidaba!!!. Es broma. Según narráis ya os defendíais bastante bien.

    ResponderEliminar
  2. Buenos días.
    ¿alguien sabe como contactar con Luis Angel?
    Muchas gracias.

    ResponderEliminar